Utilizamos nuestras manos para recolocar las estructuras que habitan esta parte de la anatomía. De esta manera, tratamos de normalizar tensiones entre los tejidos, órganos, huesos…, activar el tono y la fuerza del suelo pélvico, activar el peristaltismo, disminuir la descongestión abdominal… objetivos principales en la reeducación de todo el sistema.
Estas técnicas van dirigidas a disminuir la presión que ejerce el diafragma (la tapa de nuestro cilindro abdominal). Éste puede interferir en el funcionamiento de las vísceras y órganos pélvicos y aumentar el choque contra el suelo pélvico, dañándolo.
Dirigidas al refuerzo del abdomen y del suelo pélvico, sin dañarlo. Ayudan a su vez a restablecer ciclos menstruales, de micción y sueño.
Una herramienta ideal para relajar la musculatura de una forma agradable y no dolorosa, es de gran ayuda también en la reabsorción y el drenaje de edemas.
Esta ayuda nos sirve para aumentar el tono del suelo pélvico y la fuerza de los músculos más débiles o esfínteres dañados.
Este nervio comparte raíz nerviosa con nervios que estimulan la vejiga. Ésta técnica nos es de gran utilidad en la reeducación de la misma.